sábado, 30 de noviembre de 2013

Firmamento enjaulado



No logro encaramarme
a tus ojos enramados
de carrusel.
Un búho ulula
cerradas úes que en la noche
sobre tu almohada se derraman
y abriéndose al amanecer
como crisálidas nacen
golondrinas que cuelgan sus nidos
en tus párpados.
Sueñan migrar a tus sueños
a través de tus ventanas,
relampaguean colibríes,
se acurrucan las tórtolas,
aventa el trino de la alondra
alegrías de tristezas en tu mirada,
los pavos abanican tus iris
de enamorada.

Tus ojos cetreros que han cazado mis ojos
y a mi pájaro azul han enjaulado
entre tus vítreos huesos,
a cientos de pájaros esparcen migajas.
El avestruz se ahonda en tu pupila
y la argentada estela de los cisnes
tus arboladas aguas apacigua
sedimentando mañana gaviotas.

Trepé enredándome más y más
y por fin alcancé tu mirada.
Ya no era como antes.
Era vacía y oscura,
estaba muerta.
Eran cuervos que picaban
dos enormes ataúdes
dos abiertas cuencas.



Autor: Miguel Hernández Pindado.



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