Ha abierto una bahía
el mar en mi boca
qué flojera!
Cuánta agua en mi garganta
de corola
Qué sacudida en mis
estambres!
Me mengua esta pleamar
y las entrañas se inundan
me arbola el no saber
si arriar los pulmones
o si bogar con el corazón a
dentelladas
Temo la incertidumbre de las
corrientes
me duelen los dóciles
embates de la lluvia
Uncido bajo la mortaja
azul de las olas me desplomo
como un pez a flote
con la mirada a la deriva
Quebradas las falanges del
timón
palpo a ciegas las luces del
muelle
que como un vahído me
enlutan
Naufrago de morros en la
orilla
como la pena del borracho en
la botella
Ay pero qué dura es
desamarrándonos la resaca!
Qué vaivén tan grave
tan profundo
el de los bordones de las
algas
Cómo hiela la nostálgica
canícula!
la sal pudre la eslora
y abre heridas
Todo este azul desvirga la
tristeza
en mi alma
Murmuran aullidos
las aguas que rompen en mi
costado
quiero en tu vientre de
pañuelo
plañir mis cenizas blancas
Cómo añoro
firmes
tus ojos de arena
Verdes
tus labios leteo
el brotar en tu espalda
racimos de espino
tu sonrisa de brea ...
Estarás ya allí
tras las pinceladas de la
bruma?
Volverá a templarnos la
brisa?
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