domingo, 31 de marzo de 2013

Ebloui par la pluie (Deslumbrado por la lluvia)






Hoy es un día lluvioso, y llueve sobre mojado. 
Llama la mujer del cuarto a los bomberos,
bajo las sábanas se guardan los niños de la del tercero.
De día y de noche, en las casas o en los barrios, es todo tan extraño...

Los perros sacuden temblorosos sus chubasqueros, 
los gatos suicidas se amontonan apilados
en fosas comunes cavadas entre tejado y tejado 
y sobrevuelan nuestros televisores meteorólogos de mal agüero.

Las luces de la noche se refugian en las marquesinas,
los jardineros cubren con paraguas las plantas
y padece esta pluviofobia entre otras muchas mi alma.

Bajo esta agua, el rímel de las prostitutas se corre por las esquinas
desmaquillando presente e impurezas de sus caras.
Pero ahora cesó de fluir este leteo y nuestra sed se comba a beber de las charcas. 


martes, 19 de marzo de 2013

L'Origine du monde (El origen del mundo)




                                                       L'origine du monde - Courbet


Moviéndonos por el mundo dando volteretas,
filtrándose en nuestras papilas
toda la dulzura de la placenta,
¿Quién necesita llorar
para mamar de la teta?

Con los ojos cerrados
solo vemos nuestro corazón latir,
sin aire en los pulmones no respiramos más allá
de la calma. Los huesos son blandos y no se pueden partir
pues el vientre es un búnker que todo lo resiste.

Quién pudiera volver allí donde no nacer no significa morir.
Qué desanlace tan cruel, sin embargo, el estar desenlazados del cordón umbilical,
frontera de este mundo en el cual solo a los ángeles dedicamos una sonrisa.
Este mundo minado de lágrimas que sudan nuestros poros
que sangran nuestras heridas, que tragamos en la saliva.

Caímos al infierno expulsados de la cima de aquel monte.
 Rozamos allí el cielo. Nosotros, frutos de ramas benditas.
Ah pero hace tanto ya que los postigos se cerraron,
hace tanto que una y otra vez caemos, que esta enfermedad
que insiste en golpearnos contra el suelo es inmune...
Inmune tú, a todos nuestros esfuerzos.Inmune solo tú, puta gravedad.


                                                                     Autor: Miguel Hernández Pindado