sábado, 30 de noviembre de 2013

Es posible el retoño




Noviembre nos dio una tregua: rodillas rojizas magulladas por otoños aún no te ha empañado la escarcha nunca te sedujo el invierno. Ahí está también él cómplice del columpio te mece y tú le sonríes, le abrigas. La boca la llevas de lana la garganta de saxo el alma de edén, los años por tierra humus indolente en la piel, en los huesos rumor de tormenta. Los pies de arroyo sobre tus hombros cae el pelo como una queja. Con los ojos extranjeros y las manos de cayuco cerré el libro, levanté la vista quise cruzar vuestros ojos de frontera... Pero ya era la hora, tenía que regresar entre las cuatro paredes blancas al exilio en mi isla negra.


Autor: Miguel Hernández Pindado

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