"Et la neige sur Liège
pour neiger met des gants"
Jacques Brel
Al contar con los dedos
salieron sabañones
en las manos del tiempo.
El hálito que exhala la ciudad
bajo su bufanda
le empaña la piel
donde diciembre como un niño
escribe su nombre
con trazos lentos pero marcados.
Horizontes cada vez
más azules en el tacto
y el rojizo bordoneo de los huesos
en el cielo
murmullan nieve en sus amígdalas.
Sobre el hombro,
una palmada de la escarcha
hace echar la vista atrás a un otoño
que moquea sus últimos rayos de sol.
Camina él mientras se desprende
la placenta de sus venas
y con esos rayos
que le calientan la nuca
empieza a nevar sobre sus mejillas.
Se cruza con
miradas que derraman sal
pero empieza a enrojecerse.
Le sangran las palabras
los pasos
y le sangra la sal
y las manos que aprietan
un vaso roto
contra su herida.
Quizás no saben
que solo se limpia
la sangre
con agua fría,
quizás no saben
que no se puede apaciguar
la ira de los mansos.
Autor: Miguel Hernández Pindado
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