viernes, 14 de junio de 2013

Bipolar























Retoña el sol en el marjal
que surca mi frente
y con los paños seco su sudor.
Al alba resquebraja el rocío
los verdes crótalos que trinan,
hay vacas que pacen carne,
lobos irascibles que despellejan el brezo,
luciérnagas de gas que se consumen
sanguijuelas que chupan la sangre a la luna
hasta dejarnos a oscuras.
Hay cangilones que revuelven estómagos
y la misma agua es limpia y la misma agua
se enturbia.
Hay lluvias digestivas,
germinan ambrosías, acónitos
fragancia de jazmines, rosas con anosmia
y estornudo flores.
Observo el sosiego de los valles
que se deprimen entre las cejas,
los senderos escabrosos que llevan
a montañas truncadas.
Hay bonsáis y setas esbeltas,
sombras psicodélicas
e iris en blanco y negro.
Acarician el marjal
brisas lisonjeras
y soplan hercúleos vendavales.
Hay duros inviernos
que hibernan en lumbres,
hermosas primaveras pero con alergias,
veranos que migran.
Hay ladridos amarillos,
ronroneos blancos,
mosquitos sin heparina,
incendios metastásicos.
En este planeta sin polos
de este universo bipolar
hay cantos tristes
y felices llantos.



           Autor: Miguel Hernández Pindado

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