Alzas alto vuelo ave centenaria.
Los enamorados suben al cielo
en tu nido e Ícaro siente recelo
clamando a Dédalo alcanzar la gloria.
Su pueblo entonó una elegía funeraria,
abatidos lloraban sin consuelo .
Mas la lanza reto al despotismo en duelo
y vio marte florecer la victoria.
Añoro Casiopea tu reflejo
que desnudo bañándose en el Sena
como Alejandro Zar crucé perplejo.
Y extraño en mi interior sentimientos,
aún presos en París. ¡Amada Helena!,
entre tus brazos moriría el sufrimiento.
Autor: Miguel Hernández Pindado.
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