viernes, 26 de abril de 2013

Eleanor Rigby




Siempre me pregunto qué quieres
si un guijarro o una flor.
¿Qué importa? reflexiono
si tus ojos son topacios
si son pétalos tus párpados.

Me preguntas a menudo qué te traigo
si una piedra o una rosa
¡qué importa! yo respondo
si mis labios son de espinas
si mis besos son de mármol.

Ay amor, me dices.
Las rosas se marchitan
si tú no las hueles
Ay amor, repites.
Las piedras se derrumban
si en tu fóvea no convergen.

Llenan mis cuencas, contesto,
tus azules topacios,
no se sacian mis espinas
si no muerden la inocencia
de las yemas de tus manos.

Deja a mis besos probar
el cincel de tu boca,
en el caer de tu pelo
déjame tejer las esperanzas.
En tu ombligo excavar

para enterrar las penas,
y escuchar en tu pecho
los gélidos latidos de tu lápida.
De rodillas aquí imagino
tu belleza ,

tus gestos, tus trazos
curvos y delicados
igual que los de las letras
de tu nombre, Eleanor Rigby,
que sobre la tumba reza tu epitafio.


Autor: Miguel Hernández Pindado






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