Hoy es un día lluvioso, y llueve sobre mojado.
Llama la mujer del cuarto a los bomberos,
bajo las sábanas se guardan los niños de la del tercero.
De día y de noche, en las casas o en los barrios, es todo tan extraño...
Los perros sacuden temblorosos sus chubasqueros,
los gatos suicidas se amontonan apilados
en fosas comunes cavadas entre tejado y tejado
y sobrevuelan nuestros televisores meteorólogos de mal agüero.
Las luces de la noche se refugian en las marquesinas,
los jardineros cubren con paraguas las plantas
y padece esta pluviofobia entre otras muchas mi alma.
Bajo esta agua, el rímel de las prostitutas se corre por las esquinas
desmaquillando presente e impurezas de sus caras.
Pero ahora cesó de fluir este leteo y nuestra sed se comba a beber de las charcas.