Recuerda aquel olor a mar y alcohol,
aquella arena fundiéndose en cada
pisada,
la larga frontera que juntos cruzamos y
aquel sol.
La distancia pequeña que hoy nos
separa.
Aún escuecen las quemaduras,
nos sabe a sal el mes de abril,
sigo divisando el mar a estas alturas,
y no lo logro del cielo distinguir.
Aguas caribeñas, firmamento universal,
puzzle de una pieza, infinita
infinidad.
Continente lejano, paraíso de ron y de
cristal,
resacas que arrastran hasta las orillas
de mi memoria
aquella balsa, balsa que vagaba por la
otra mar.
Esa balsa formada, por ramas de
recuerdos,
por ramas que brotaron del árbol de la
amistad en el pecho.
Y varias flores florecieron.
Y amigos las llamé, las llamé
compañeros.
mas si como niñas con las rodillas
laceradas
os preguntáis sí o no en el jardín,
tan solo
me queda este verso para deciros que
sí, que os quiero.
Autor: Miguel Hernández Pindado.
¿Que tal?Soy Raquel de fisio.¿Como no nos va a gustar?a mi se me han puesto los pelos de punta.
ResponderEliminarEs estupendo,una pena que no se pueda repetir o bien volver el tiempo atrás.
vales para esto eh?
Muy bonito Miguel :)
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